jueves, 12 de enero de 2017

La contesta a la comadre




Querida comadre:


Por la presente le deseo que al recibo de ésta, usted se jalle bien de salud en compaña del compadre y demás personas de su agrado
Justo es que le conteste comadre, porque aviados estaríamos si no lo jiciera y perdone la tardanza porque aunque todavía no estoy jecha un arritranco, si es verdad que los huesos crujen y bien que se lamentan.


Todavía tengo jeito pa subirme a los árboles y apaño algún gajo que otro en donde uno se encarama pa´ llegar hasta la pericosa. No tengo más que escolumbrar un jigo regañado y allá arriba me voy con un gancho a jalarlo pa que no se me escape.


Usted sabe comadre que, al burro no se le ven las mataduras hasta que no le quiten la albarda y eso mismo pasó con mi primo que al decir verdad es un primo bastante lejano.
¡Ay comadre! Al olmo no se le puede pedir peras pues usted que lo conoce igualito que yo, sabe bien que anda como la caja del turrón. ¿Qué le pasa al demontre ese? Pues parece que tiene un amanecer sorumba y viene siempre de visitar altares y lo que jace es vivir lo comido por lo servido. Así ¿qué demonio de progreso tiene el rejechudo éste? Si se viera con la lengua fuera, otro gallo le cantaría, comadre.


Me tiene ascuada, aunque si le digo la verdad una cosa no quita la otra. El sotro día caminaba diestro después de haber trabado la hebra con Felicia, que tanto tiento tiene con él y figúrese usted que venía con una cargasera que pa, qué.


Y ya sabe usted, que “tierra ruin no la lleva el barranco” y ella se la tenía jurada y usted ¿sabe? ella misma es de lengua muy larga y tiene el santo muy subido. Pero va y le tapó las faltas. ¡Ay, Señor! Miaparayeso…pero tantas veces que va el perro al molino que deja el rabo en el camino. Y no por falta de decírselo… pero este talludito es un zafado y se cree que todo es soplar y hacer botellas. Cuántas veces no le he dicho “todo el monte no es orégano”. Y por eso él piensa que tengo pena, no tengo maldita, que la mancha de una mora con otra verde se quita.
Y no le gustó al confiscado… menos mal que yo jace tiempo que solté la rabuja porque a éste de nada se le suben los jumos, además que se cree que soy una trafullera. Y él lo que es, es un tretero y un echante. !Fuerte un totufo!¡Santa Bárbara bendita me acompañe!


Yo siento una fatiga cada vez que veo que ella está con él, “santito donde te pondré”, pero le digo comadre, que esa, esa es de la cáscara amarga.Siempre andan que toma, que vira, que dale… ¡Semejante prejenio! Y ella por alcagüeta va y se le quema el caldo. ¡Ay Mería! Si por los lazos del demonio ellos se arrejuntan, ya verá ella que ese guanajo prometió más de lo que dio.
Y comadre, le digo, que para una talla vieja, no falta un jarro sin asa. Deje que se lleve un samagazo. El sotro día lo vi subido al nisperero ¿Pos no quería partir dos gajos llenitos de flores para agasajarla a ella? ¡Mal lo parta un rayo!


Le digo comadre, más vale comer coles a gusto que manjares a disgusto. Y ¿sabe que más le digo? A no querer, no rogar. Que donde las das, las llevas. Así que mejor que no se ponga tunante porque ésta que está aquí escribiendo con lápiz y papel, no le falta ni talla, ni catre ni jarro…y si me quiero echar una cana al aire, voy y me la echo con todo tiento. Que el pasmo hay que atajarlo a tiempo.
Bastante amarga me vide como los chochos pa´, estar detrás de él como si fuera la gallina que perdió el güevo.
Aunque ganas no me han faltado de estrallarlo como un siquitraque.


Dele saludos al compadre de mi parte. Ya sé que estuvo apañando unos buenos tunos por esos mundos de Dios.

Comadre, me despido de usted no sin antes pedirle la bendición.
Hasta más ver que son señas de volver.

Esta que siempre la recuerda y desea más verla que otra cosa.

Suya
 
 
 
 

sábado, 7 de enero de 2017

Magia, sudor y Reyes


                                                                                                          Foto Tanci

Remoloneaba de un lado para otro con la idea de no ir temprano a la cama. Aunque sabía que lo podrían estar viendo por un agujerito parecido a una mirilla de las puertas a través de las que se ve todo. Al final subió a su cuarto decidido a meterse en la cama donde permaneció quieto entre mantitas de algodón blanco de cuatro rayas azules. Su madre lo arropó, sugiriéndole que se durmiera pronto porque a sus “Majestades”, si llegaban más temprano de lo previsto, no les gustaba encontrar a los niños despiertos. El niño fue dócil y cerró sus enormes ojos negros, intentando conciliar el sueño bajo un hervidero de nervios controlados a su beneficio.

De repente, y desde la puerta de entrada, tras sentirse unos cuantos golpes secos en la madera, se oyó una voz masculina, impostada y ronca, que decía: ¿algún niño no se ha dormido todavía en esta casa?

Mientras el Rey Mago simulaba arrastrar sus  pasos a través del pasillo acercándose a la habitación del niño y continuaba diciendo: ¡Voy a dejar los juguetes, espero que todos los niños estén dormidos a esta hora de la noche!, todo era audible a través de la puerta del cuarto, que la madre había dejado entreabierta.

La madre, aún en el cuarto del niño, miró hacia la pequeña figura recién arropada.  Y descubrió dos pequeñas y brillantes gotitas transparentes que se deslizaban en bajada, patinando, a través de sus sienes.

El encantamiento mezclado con el nerviosismo en esa noche estaba servido. Y para los tíos y para la madre, la noche de reyes estará por siempre relacionada con la magia de la espera, unos ojos negros nerviosos e ilusionados, el arrastrar de los pies por un pasillo y dos pequeñas y transparentes gotas de sudor rodando por las sienes de un niño.


                                                                                Foto Tanci