miércoles, 28 de enero de 2009

Nardos por la concordia


                                                                                             Foto Tanci




Ahora que está oculta,
a la luna intenté atrapar,
pídemela de nuevo
te la voy a obsequiar.





Regalarte quise
de nardos un ramito,
pintado de amarillo y blanco
salpicado de granizo.





Cobijados en brezo oscuro
juntos y apretaditos,
calzones largos lucen
verdes y planchaditos.





Engalanarte con ellos quiero
al haberme transmitido,
un aromático perfume
de tesón, alegría
y optimismo.





Evocar un sueño aspiro
de aromas adormecido,
te ofrezco mi manojito
de semillas, flores, frutos...
aprehendidos y arregladitos.





La fragancia de esa imagen
es tu distintivo,
con cálida y amistosa paciencia
derramas tu colorido.





De nardos te regalo un ramo
en bálsamo convertido,
para que rehagas esa estampa
con gotitas de rocío.





La luna no te la ofrezco
no la pude atrapar,
quedó jugando
al escondite sola,

sábado, 17 de enero de 2009

No me pidas la luna




No me pidas la luna
que no te la puedo dar
quédate con mi ternura,
te la quiero regalar.


Lleva siglos en penumbra,
años de vanos sueños,
algún noble encanto
contrapuesto
casi siempre postergado,
a la luz nunca mostrado...
algún boceto
bien guardado.


Lleva tiempo,
algún esfuerzo,
emoción y comprensión,
no es tan fácil
rehacer su armazón
con cierta resolución,
dando cauce
a su imaginación.


Le ofrezco mi verbo
con toda profundidad
la luna no es merecedora
de esta lealtad
al quererlo rechazar.


Ahora que está en su altura
no miro a la luna,
¿cómo sobrevivir
tras sucumbir
a su cara más oculta?


Está alta la luna…


ahora que está clara y llena
no está oculta la luna,
¿ cómo pedir que no
me ponga barreras
si de su mano
siempre me lleva?.


No miro a la luna,
altiva en su altura
me pone cercas,
me mira y me observa
en la fría distancia
atenta está ella.


No miro a la luna…


y de reojo la quiero,
que por querer
su mano estrechar pudiera,
y que conmigo
las paces hiciera.


Que un amor
de tesoros escondidos
le ofreciera,
un puñadito
de estrellas y luciérnagas
¡y en la noche más oscura
a su lado
me durmiera!


Y que voy hacia ella
de una forma ingenua
sintiendo su gélido frío
como respuesta,
pero no me molesta
esta luna lunera.


Alcanzarla
pretendo,
cabalgando
en una estrella,
para acariciar y sentir
su fría y envolvente esencia.


Por un agujerito
observarla y verla,
navegar en sus cumbres,
subir a sus mareas,
dejar atrás borrascas
rayos y centellas.


Atraparla quisiera
siendo sólo una quimera,
con su luz
toca a mi puerta,
mostrándose arrogante
y altanera.


Esa es mi luna lunera
rompiendo cadenas,
si la intento tocar
sé que se me quiebra,
mejor es dejarla quieta.


Un halo
de alma triste
inmóvil y alerta,
dentro de esa oscuridad
cuando la observo queda,
algún obstáculo muestra
si la miro
desde dentro hacia fuera.


Esa luna ,
clara, llena y esbelta.


Esa luna oculta,
me atrapa, me dirige y
me alienta.








Celtic Harp & Flute - Irish Instrumental

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viernes, 9 de enero de 2009

La quimera de scooter girl


¡Que ya tengo moto! ¡Que los Reyes me trajeron una moto! Que bueno, no es una Harley Davidson como yo pedía ...pero ¡es una moto!. Quien no se consuela es porque no quiere.
Y aquí me ven ustedes con esta scooter más contenta que un niño cuando estrenaba sus zapatos nuevos. O más contenta que unas Pascuas, porque en realidad me llegó en estas señaladas fechas. Y como quiera que, la moto la pretendía por el ansia de libertad que me iba a proporcionar, me quedé fascinada ante la idea de mi primera salida, carretera y manta. Se me antojaba a mi poder tener una desde que, por primera vez, acerté a ver el gran paseo de motos de gran cilindrada, vespas, vespinos, scooters etc, que todos los años lograba pasar por la carretera que cruzaba mi pueblo. Siempre en domingo. Y es que desde lo alto de mi muralla particular, y apostada sobre ella, conseguía ver este desfile de mediodía.



Siempre me imaginé que, al igual que "las bicicletas son para el verano", las motos son para los domingos. Domingos claros y soleados. Domingos atravesados por la brisa, el aire y el frescor. Domingos libres de contaminación y aglomeración. Domingos engalanados de festivos, camuflados entre serpenteantes carreteras que van y vienen para no parar. Domingos llenos de ideales que es mejor no dejar pasar...Paradas obligatorias al borde de algún mirador alongado hacia algún barranco o desfiladero. Allí, arrimados entre espesos matorrales y en un recodo del camino, ver pasar a alguien perdido o algún que otro coche que nunca pasa desapercibido. Entre brumas rastreras con el sereno en la cara y el rocío del atardecer después de un grato y ameno almuerzo todo es un recorrer. No dejar pasar la ocasión de sentir la lluvia a tus espaldas, aunque yo mañana amanezca agripada. Tomarte un café pasadas las seis y sacudir tu chupita con un cierto remango de vaivén. Ahí me quiero ver. Llenar mis alforjas de un diáfano amanecer, mi corazón limpio, al vuelo, y oirlo palpitar al son de un grato revolotear. Pensar que no hay nada detrás que deseara dejar pasar; y rodar, rodar y rodar con algún pensamiento haciéndose realidad. Sentirme cabalgando como alma que va flotando de nube en nube, recreándose en cualquier atardecer lleno de movimiento.



Abstraerme con un deseo, pensar en un sentimiento, comunicar una emoción, fantasear un sueño a sabiendas de que existe y que me lo merezco. Y por la noche me permito caer rendida en los brazos de Morfeo. Aunque para mis adentros, yo ya he conseguido un auténtico logro de inicio hacia un personal y auténtico reto. Y es que si no me arriesgo, yo no sé lo que es vivir este encuentro con mi moto.Y la posibilidad que me da para poder experimentar la libertad.



Parada obligatoria ante esta pequeña pitera "escolgajada" entre rocas al borde de la carretera. Una nota de color breve, pintada de esta manera.


Esta planta se ha multiplicado en nuestras islas aunque su origen viene de América. También llamada pita o agave. Se puede sacar utilidad de las hojas de esta planta, ya que se compone de fibras o especies de hilos que son muy fuertes y que se pueden separar de la pulpa haciendo manojos y que sirven para fabricar sogas, sacos, cordones, cinchas, redes y algún que otro tejido.

Pitera tras pitera y tras pitera más piteras. Es sólo una parte del camino recorrido en el inicio elegido para transitar con mi scooter .

El cielo se oscureció de un momento a otro y no estábamos seguros de si proseguir o por el contrario volver sobre lo andado...


Parece ser que las piteras florecen pocas veces en los climas fríos. De las piteras sale una especie de pitón esbelto llamado por estas tierras "maguén". Cuando este pitón se seca va cogiendo un color parduzco y que es muy ligero. Un uso dado a este "maguén" es el de boya para los que aprenden a nadar y que con sólo un trozo es posible flotar.

A punto estuvimos de volvernos a la mitad del paraje por esta bruma viajera que nos acompañó a lo largo del camino. Nos daba en la nariz que, el susurro tropezando en medio de esta sorda naturaleza, nos hacía presagiar lluvias mayores. Pero fuimos intrépidos y mantuvimos nuestra ruta trazada desde un principio.

Las piteras forman, de esta manera, una especie de vallas que son impenetrables. Se multiplican de sus propias raíces y además crecen con mucha facilidad incluso en los terrenos que son pedregosos y hasta estériles. Por esta razón, y haciendo de setos, ésta es una de las mejores maneras para que se puedan atajar las escorrentías y aluviones en las tierras que están en declive.







También, esta planta se ha utilizado desde muy antiguo en la formación de lindes de los terrenos. Y aunque procedente de América ha quedado en nuestros paisajes y en muchos puntos de la baja y media montaña de nuestras islas.


A la vera del camino, y en la zona de La Tierra del Trigo, abundan diversas especies que crecen casi asilvestradas, sin obligarlas apenas; sólo es necesario dejarlas en libertad, al sereno, buena tierra abonada y con el agua caída del cielo. Nos referimos a estas coles mayúsculas, especies forrajeras y que también se emplean en los potajes canarios en tiempo de invierno.




El sol quiso aparecer y desplegar, por escaso tiempo, algunos de sus reflejos; y vino a posarse sobre esta planta que me llamó la atención y me brindó un regalo con este contraste de tonalidad verde y anaranjado.





Pero las naranjas no tardaron en aparecer y en un apartado de la carretera pudimos apreciar la generosidad de la madre naturaleza. Auténtica explosión de cítricos anaranjados a punto de recoger. Me vino a mi memoria un cantar que aprendí de mi amiga Marisa, a la vez que saboreamos el dulzor de la fruta ofrecida espléndidamente por su dueña. Y es el que sigue:

"Naranjeros sin naranjas y sin sauces el Sauzal, una Laguna sin agua, ¡qué tierra tan singular! "

Y con esto pongo fin a mi recorrido que, si bien, no está todo lo que mis ojos y mi alma pudo atesorar en un viaje inicial, si que me ha sido grato poder compartir con ustedes algo que ha llenado mi retina y que, a su vez, ha sido el arranque del motor de mi recién estrenada moto scooter. ¡A rodar, que son dos días!.


































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domingo, 4 de enero de 2009

Una pequeña Venecia imaginada.


Aunque sabemos que Venecia es única e irrepetible, muchos rincones intentan buscar paralelismos a sus singulares canales. Existe en la región Rhone-Alpes una deslumbrante ciudad que la llaman " la pequeña Venecia". Esta ciudad está llena de canales que, a su vez, desembocan en el lago que le da su nombre. Es la ciudad de ANNECY en Francia. Tiene esta bellísima ciudad canales pequeños que embellecen el lugar y en dónde se pueden encontrar danzando armónicamente coloreados patos, esbeltos cisnes blancos y negros y algún ave que no atino a recordar. Los barcos también le dan un aspecto más pintoresco, si se quiere, al lugar. Es obligatorio el almuerzo o comida en alguna terraza de algún restaurante que está situado junto a alguno de los conocidos canales.
Fui invitada, por una amiga, a conocer y disfrutar esta ciudad y sus alrededores, hace pocos años. Y tuve ocasión de deleitarme con una comida a la orilla del lago, en este paraje paradisíaco, convidada por esta amiga conjuntamente con su familia. Siempre los recordaré y recordaré este escenario. Fui bien agasajada. La tranquilidad que se respiraba y el maravilloso paisaje, hacían que no quisiéramos levantarnos de la mesa que disfrutábamos ese día. Desde la terraza se podían ver los bellos barcos que hacían su recorrido por el lago y también las montañas que rodeaban el mismo. El menú, ofrecido en tan singular espectáculo natural, fue justamente pescado sacado de aquellas aguas dulces.¡Todavía siento su paladar, su finura y frescor!. Annecy es uno de esos lugares que tienen magia particular, es un lugar que te deja encantado y maravillado. Con buen paladar diría yo. Nada más poner tus pies en esta ciudad, quedarás prendado en cualquier época del año, todo es naturaleza alrededor; no en vano el lago de Annecy está considerado como el más puro y limpio de toda Europa. Y en cualquier época del año recibirás sorpresas naturales de esta ciudad de Los Alpes franceses.


Pero me vale este grato y buen recuerdo, a modo de introducción, para referirme a una pequeña y particular Venecia que tuve la suerte de disfrutar en esta entrada del año 2009. Fue ésta una pequeña Venecia familiar, imaginada, inventada, creada a imagen y semejanza de quienes con mucho amor y creatividad se pasaron largos días trabajando y decorando para dar luz a un escenario de teatro, luz y vida . Esa noche, la casa a la que fui invitada era toda una representación de aspectos que tuvieran que ver con esa ciudad elegida y planeada: Venecia. Se decoraron paredes, muros y vigas con el estilo propio romántico, se pusieron luces y velas para la recepción de los invitados, se repartieron números confeccionados artesanalmente para cada comensal y cada participante en la pasarela de las máscaras venecianas.


En este lugar y esa noche del 31 de diciembre, los únicos requisitos que se pedían eran: llevar una máscara confeccionada, en dónde demostraras tus artes de ingenio y creatividad; y asistir con alegría y ganas de pasártelo bien al evento. Amén de llevar tus ganas de comer. Porque todo hay que decirlo, en esta casa siempre que se ha hecho esta participación, se ha hecho a manos llenas y con mucha generosidad. Nada a cambio. Los que asistimos, hemos sido del todo invitados y agasajados con viandas que nada tienen que envidiar a los más exquisitos y reconocidos restaurantes de la isla.


Así iban llegando poco a poco al centro de "la pequeña y particular Venecia 2009". Cada uno, ataviado con su máscara, utilizaba su número para una posterior votación, que además recibiría premio a la máscara más votada democráticamente. No hubo "tongo", aunque alguno-as de los asistentes lo corearon con gracia y espontaneidad en un principio del escrutinio. Todas las máscaras estuvieron a la altura de una imaginación y de un trabajo inusitado.


Pero sólo una se llevó el premio. Premio al ahorro de materiales con la que fue confeccionada, dada la crisis; y al aprovechamiento y reciclaje de los recursos que nos ofrece la madre naturaleza. Estaba realizada con hojas secas de platanera, gajos de palmera canaria y algún plumacho de hojarasca añadida. Resultó una máscara extraña, rara y algo esperténtica. Pero como tal, fue la que se llevó el premio, quizá haciendo honor a toda una gama de calificativos que acreditó. Por supuesto hubo un segundo y un tercer premio en dónde la creatividad, el trabajo y el esfuerzo fue valorado positivamente.


Posteriormente, y mientras saboreábamos la comida, la anfitriona de la casa hizo un recibimiento a cada persona en particular, recitando en un "peculiar" italiano unas palabras de cariño y bienvenida. Todo y mucho más en un festival mágico-lúdico-teatral de fin de año. Si la risa es contagiosa, yo me contagié esa noche más de lo que yo misma esperaba. Creo que todos salimos contagiados de una placentera y especial velada, de una generosidad exquisita, de un compartir amistoso y de un sano y vocacional amor. Eso fue lo más elevado de nuestra grata y feliz reunión.


Las risas, la alegría, el buen yantar, los juegos participativos, las adivinazas, los regalos ganados por los acertantes, los villancicos cantados y participados entre todos, el reparto de las uvas, el brindis con las mistelas de la tierra (canela y ruda), los besos y los abrazos quedarán en el recuerdo de cuántos participamos de esta entrada de año.
Y yo lo guardaré todo como un bello y entrañable tesoro en mi corazón, y como a sorbos los iré saboreando y sacando poco a poco para que me duren los 365 días del año. Mi recuerdo e imaginación se encargarán de suministrármelos a medida que avance el año. Sólo me queda algo por decir: gracias por habernos hecho un poquito más felices a los que allí tuvimos la suerte de coincidir para compartir.



Venecia Sin Ti - Dyango



Come E Triste Venezia (Venecia Sin Ti) - Enrique Chía


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